Programa 153 (9 julio 2023): Miguel Bonano
Venido al mundo un jueves 9 de Mayo de 1907, la vida toda de Miguel Bonano es una larga metáfora de la ciudad que lo vio nacer: Avellaneda. Alli comenzó sus estudios de bandoneón con el gran maestro Bartolome Chapela, autor del inmortal tango Fosforerita, inspirado sin duda en las chicas que trabajaban sin descanso en la Compañía General de Fosforos Sudamericana, sita por entonces en Avenida Mitre 595. Su primer tango lo compuso en colaboración con otro gran avellanedense del género: Miguel Meaños. Debutó jovencito en el Cine Mitre, que databa de 1916, y estaba situado en la planta baja del Centro Gallego en Mitre 780.
Fue llamado, por sus dotes inigualables de bandoneonista, a la orquesta de Eduardo Bianco que actuaba en París y en toda Europa. Fue allá por 1927 que en el desaparecido Cine Select de Crucecita, Av. Mitre 1599, le hicieron un homenaje de despedida el mismísimo Carlitos Gardel, Azucena Maizani y Mercedes Simone. Con Bianco presenció el furor del tango en Francia, España, Italia, Rumania y Turquía. Algunos la llamaban la Orquesta de los Reyes porque actuaron delante de la nobleza europea, incluyendo el rey Alfonso XIII, dado como casi todos los borbones más a la diversión y el dispendio que a la gestión, y a Benito Mussolini en la cumbre de su gobierno. La nostalgia lo llamó de vuelta al pago luego de pocos años, y dicen que quiso la suerte que conociera en 1930 a Gardel cuando regresaba a la patria, dado que ambos embarcaron en Barcelona en el Conte Rosso. En esos años en los que el tango era el rey del mundo, habían embarcado en la misma nave Irusta, Fugazot, y Demare. Al regreso tuvo su propia orquesta y participó como bandoneón principal de varias de las más importantes de su tiempo: Edgardo Donato, el propio Lucio Demare, Rodolfo Biagi, Roberto Zerrillo, y Angel D’Agostino.
Falleció a los 94 años el 6 de octubre de 2001. Hoy le hacemos un humilde y merecido homenaje en la Vermu.
Hoy escuchamos / Today we listened to:
Mi primer goal
La canción de la Ribera
Tardes porteñas
Por un te quiero
Don Esteban
Déjelo señora
Esta vuelta pago yo
La novena